Parece ser el mundo ha perdido los estribos, nos hayamos en un sin sentido, la sociedad avanza a la deriva y a nadie parece importarle. Quedamos entre atónitos e incrédulos, pero no hacemos nada para remediarlo. No se, ¿soy yo o quizás el mundo?, alguno anda perdido. Aparentemente esos valores que tanto preocuparon a mis padres han quedado obsoletos y son erróneos para esta sociedad. Prefiero pensar que no soy yo, no soy yo quien ha caído en la desidia como cayó Caín, y que son ellos quienes divagan de la educación, la cultura y los valores apropiados para los tiempos que corren. Pero esto no aparenta cambiar, a lo visto la perplejidad de unos, queda en la carcajada de otros al ver que su maquiavélico plan campa triunfante y su despropósito acertara en una sociedad cada vez más analfabeta y débil.
Quizás el problema sea que la sociedad se ha quedado ciega y que no ve la luz que algunos auguran tras el túnel. Que pena no exista una sociedad idílica donde llamar a un profesor por “Don…” no signifique ser un “pelota” y copiar en un examen siga siendo castigado por ser una conducta atípica.
Mentira tras mentira, nos intentan infundir que la cosa no va tan mal, y claro como la esperanza es lo ultimo que se pierde y todo se solucionara como se cura una herida, con el tiempo, les creemos. Nuestro sistema educativo es nefasto pero cabe consolarse con que no somos los últimos, seguramente a alguien le va peor. Seguramente gracias a este sistema estemos pagando que algún despistado ubique Canadá en África o no conozca mas estrechos que el de Gibraltar y porque nos concierne. Pero no hay que ser tan catastrófico y alarmistas ya que si confiamos en el sistema, las próximas generaciones no erraran al colocar un “condón” ya que si lo hiciesen, daríamos con que solo hemos despilfarrado unos pocos euros en una horas que quizás serian mas productivas y servibles si se impartiera inglés o incluso historia que evitaría un craso error como es caer de nuevo en tu propia historia. Pero se trata de ser “progre” y esto no lo debe ser.
Animo, mientras no encabecemos las listas por la cola, la cosa no preocupa. Y 1.118.300 familias con todos sus miembros en el paro, no debe ser síndrome de otra errata en las previsiones.
“El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de las judías, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de las medicinas, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”.
ResponderEliminarBertolt Brecht