De “desvergüenza” calificarían algunos si este sentimiento patriótico no fuera pasajero, y cada uno de los que en unos días guardaran su “kit español” en el fondo de su armario hasta que la gracia divina, o en su defecto, algún otro evento deportivo las rescate celebraran cual fuera de nuestras fiestas nacionales de esta mima manera. Seguramente seria un verdadero triunfo, ya que seria el entierro de un sin fin de prejuicios que hoy dividen las dos Españas.
Hoy ya solo unos pocos nostálgicos son los que se niegan a guardar esa bandera ese sentir español tan criticado en nuestro país.
Por otro lado, Gracias, muchísimas gracias por unir a todos los españoles fueren de donde fueren, por un mes todos hemos sido ESPAÑOLES sin complejos, sin prejuicios. Sabiamente lo dijo Juan Pablo II, el deporte unirá las naciones, que sabias palabras.
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